Desmontando mitos sobre la micromovilidad: ¿es realmente segura y sostenible?
La micromovilidad, a través de bicicletas y patinetes eléctricos, se ha convertido en una solución práctica y sostenible para la movilidad urbana. Sin embargo, existen varios mitos que cuestionan su seguridad y sostenibilidad. En este artículo, hablaremos de los mitos sobre la micromovilidad y las ideas erróneas más comunes y analizaremos cómo la micromovilidad es, de hecho, una opción segura y beneficiosa para el medio ambiente y la vida urbana.
Mito 1: «La micromovilidad no es segura»
Aunque algunas personas consideran que los patinetes y bicicletas eléctricas son peligrosos en entornos urbanos, la realidad es que la mayoría de los accidentes se deben a la falta de infraestructura adecuada y no al propio vehículo. Un estudio de INRIX muestra que el 52% de los accidentes ocurren en calles sin carriles para bicicletas, lo que subraya la importancia de una planificación urbana adecuada.
Las ciudades que han implementado carriles específicos han reducido significativamente los accidentes. Además, la tecnología en movilidad urbana está evolucionando constantemente para mejorar la seguridad con características como frenos más efectivos, luces LED y sistemas de navegación incorporados.
Solución: La clave es la educación vial y el diseño de infraestructuras seguras que permitan una coexistencia adecuada entre peatones, ciclistas y conductores.
Mito 2: «Los vehículos de micromovilidad no son realmente sostenibles»
Existe la idea de que la fabricación y el uso de baterías en bicicletas y scooters eléctricos tienen un impacto negativo en el medio ambiente. Aunque es cierto que la producción de baterías genera emisiones, el uso continuo de estos vehículos de movilidad urbana tiene un impacto bastante menor que los automóviles a combustión. Además, muchas compañías están ya invirtiendo en baterías reciclables y energías renovables para alimentar estos vehículos, lo que los convierte en una opción todavía más ecológica a largo plazo.
Datos: Un estudio de Brand Tracker de Tier Mobility muestra que un patinete eléctrico produce 75% menos de emisiones de CO₂ por kilómetro que un automóvil tradicional. Además, cuando se carga con energía renovable, su huella de carbono se reduce aún más.
Mito 3: «La micromovilidad es solo una moda pasajera»
Otra de los mitos de la micromovilidad urbana, es que es una tendencia temporal y que no tiene futuro a largo plazo. Sin embargo, la realidad es que la micromovilidad responde a una necesidad creciente de alternativas de transporte más sostenibles y eficientes en las ciudades. Con la expansión de carriles bici y la inversión en infraestructura, la micromovilidad se está consolidando como una parte integral del ecosistema de transporte urbano.
Evidencia: Las ciudades de todo el mundo, como Ámsterdam y Copenhague, ya han adoptado la micromovilidad como parte de su red de transporte, demostrando que es un modelo sostenible y eficiente.
Mito 4: «No hay suficiente infraestructura para la micromovilidad»
Y ya por último, un factor crítico en el éxito de la micromovilidad es la infraestructura. Las ciudades que han invertido en carriles bici y estaciones de carga bien distribuidas han visto un aumento significativo en el uso de bicicletas y patinetes eléctricos.
Un informe de la European Cyclists’ Federation destaca que las ciudades que cuentan con más de 500 km de carriles bici experimentan una reducción del 50% en accidentes relacionados con bicicletas y patinetes eléctricos, lo que subraya la importancia de una inversión estratégica en infraestructura para garantizar la seguridad y el éxito a largo plazo de la micromovilidad.
Es por eso que la inversión en infraestructura es esencial para maximizar los beneficios de esta micromovilidad, tanto en términos de seguridad como de adopción. Y es que las ciudades que apuestan por una infraestructura sólida están liderando el camino hacia un transporte más eficiente y sostenible.

La micromovilidad es un paso hacia el futuro
La micromovilidad no solo es segura y sostenible, sino que también tiene el potencial de transformar nuestras ciudades en espacios más limpios y habitables. Desmontar estos mitos sobre la micromovilidad es fundamental para fomentar su adopción y trabajar juntos en la creación de un futuro más sostenible y eficiente en la movilidad urbana.